No sé había bajado de la pequeña Van donde se transporta el equipo EF Dracpac, cuando un mar cámaras y micrófonos lo esperaban. Rigoberto Urán es toda una celebridad en Medellín, que hace olvidar que codo a codo con él están Nairo Quintana, Chris Froome y Julian Alaphillipe.

Si se pudiera establecer una comparación del escarabajo con otra actividad, se podría afirmar sin dudas que Urán es más que un ciclista: es una especie de estrella de cine, una celebridad, una especie de rockstar al más puro estilo de Mick Jagger.

Y aunque su banda no son The Rolling Stones, el EF sí que es querido entre los aficionados, tanto que desde dos horas antes de la primera etapa la gente se agolpó contra las rejas para verlos calentar, cuan si fuera un ensayo para un concierto.

“Algo muy especial, poder ver a toda la gente. Yo creo que es algo muy bonito y bueno disfrutar al máximo este inicio de temporada acá en Medellín”, manifestó Urán.

Mientras las preguntas de los periodistas se precipitaron a Rigo, decenas de personas le revoloteaban alrededor. El costo de esa fama que poco le interesa a Urán es así, siempre estar en el foco de atención.

Así lo siente Daniel Felipe Martínez, su compañero y si se quiere su aprendiz. Urán lo recomendó para el EF hace dos años y desde entonces es su fiel escudero. Martínez no duda, Rigo es una estrella.

“Sin duda. Aquí y en todo Colombia. Es uno de los ciclistas más queridos del pelotón mundial. Ya hemos hablado un poco de lo que puede pasar”, dijo. 

La tienda de ropa Go Rigo Go se abrió desde temprano y pronto comenzó a vender. Las calaveras que lo representan comercialmente son un imán para la gente. Vende fácil, solo quisiera que la carrera sea tan sencilla como vender camisetas y medias con su cara.

“Dura. Sabemos que hoy es un día muy importante, porque hay una contrarreloj por equipos de 14 kilómetros donde tenemos varios equipos que pueden ser importantes al fin de la competencia”, dijo. 

Urán viene atrasado en su preparación. Una lesión en el pie izquierdo fue su talón de Aquiles, pero aún así no quiere regalar nada este año.

“Todos los segundos son importantes. Desde el primer día, hoy el equipo juega un papel muy importante”, enfatizó.

Urán terminó de declarar y se dio cuenta de la cantidad de gente a la espera por una foto, el tiempo para entrenar es poco y tiene que atenderlos a todos. Se despidió con la naturalidad del paisa bajado de la montaña que ni Europa le pudo cambiar 

“Bueno niños, ahora hablamos”.